Avisos ultras

Los avisos sobre la desafección de parte de la ciudadanía hacia las democracias liberales y sus tradicionales partidos como solución a sus problemas empiezan...

Avisos ultras

Los avisos sobre la desafección de parte de la ciudadanía hacia las democracias liberales y sus tradicionales partidos como solución a sus problemas empiezan a ser reiterados. Y también una evidencia que el refugio prioritario de ese malestar no es otro que la ultraderecha. Portugal y Rumanía, justo aquí al lado, dentro de la Unión Europea, nos han vuelto a alertar este fin de semana. Pero también han llegado alarmas desde Argentina o, incluso, desde el festival de Eurovisión.

Nuestros vecinos lusos han vuelto a dar su mayoritaria confianza a los conservadores del primer ministro, Luis Montenegro, aunque convocara elecciones acosado por un escándalo sobre sus vínculos empresariales. Sin embargo, el gran triunfador de los comicios ha sido el ultraderechista Chega, que ha igualado en número de escaños a los socialistas y ha estado a punto de adelantarlos como segunda fuerza del país, apenas por unos 50.000 votos. En Rumanía, finalmente se ha impuesto el candidato europeísta frente al ultranacionalista, pero en una agónica segunda vuelta tras una primera victoria de George Simion, abiertamente alineado con Rusia y Trump frente a la UE.

Al otro lado del Atlántico también este pasado domingo el presidente argentino ha sumado una inesperada victoria del candidato de su partido en las elecciones legislativas de Buenos Aires. Después de año y medio de la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada, de sus radicales recortes en la Administración y los servicios públicos y del aumento de la pobreza en el país, los bonaerenses al menos, parecen seguir confiando en su motosierra cuando miran al futuro.

Incluso aquí, los españoles que votaron este sábado en la final de Eurovisión dieron un insospechado y masivo apoyo a la representante de Israel, que el gobierno de Netanyahu había convertido en símbolo blanqueador de su firme determinación en la guerra y la destrucción de Gaza. Al margen de una hipotética manipulación del televoto, que RTVE ha solicitado se investigue, lo que sí parece haber funcionado es la movilización de sectores projudíos y de extrema derecha para enviar una señal al mundo que podría traducirse en que los jóvenes apoyan lo que está haciendo Israel en Gaza por mucho que sus gobiernos y todas las izquierdas del orbe se desgañiten en llamarlo genocidio.

Los partidos clásicos y el sistema mismo, no saben dar respuesta a la inestabilidad creciente y únicamente la mano dura ofrece un camino fiable. Lo malo es que nada de lo que ofrecen es cierto

El mensaje que van construyendo todos estos avisos es aún de mayor calado. La falta de empatía en un mundo tan incierto como el actual no sólo gana terreno inexorablemente sino que se normaliza. Los partidos clásicos y el sistema mismo, no saben dar respuesta a la inestabilidad creciente y únicamente la mano dura, como las que exhiben Trump o Milei y sus alteregos europeos, ofrece un camino fiable. Lo malo, para quienes siguen esas campanillas, es que nada de lo que ofrecen es cierto. Urge desmontar tan peligrosas falacias y abrillantar nuestras democracias. No será porque no nos han avisado