Pedro Sánchez y la variable democrática
Al ritmo vertiginoso al que se suceden los escándalos, corro el riesgo de que este artículo caduque en cuestión de horas o de minutos, así que seré directo:...

Al ritmo vertiginoso al que se suceden los escándalos, corro el riesgo de que este artículo caduque en cuestión de horas o de minutos, así que seré directo: si en el análisis de lo que está ocurriendo pensáramos estrictamente en clave de respeto a los principios y valores de las democracias parlamentarias, Pedro Sánchez debería valorar ya, sin mayor dilación, la convocatoria de elecciones generales para este otoño.
¿Por qué? Porque aquí no hay factor más importante que la variable democrática.
Me explico en pocas líneas: ni España ni el propio PSOE, un partido con 146 años de existencia clave en la consolidación de nuestro sistema de derechos y libertades, merecen más cálculos políticos de corto plazo sobre lo que le conviene o no le conviene al Gobierno y al mismo Pedro Sánchez.
No estamos ante una cuestión de interés o cálculo político en favor del Gobierno, sino de responsabilidad, una responsabilidad que se merecen todos los españoles, incluidos los millones de simpatizantes y votantes del Partido Socialista, y que es clave para seguir manteniendo la confianza en nuestro sistema democrático.
Hay un hecho objetivo que lo arrastra todo: los dos dirigentes con más peso en el PSOE de los últimos ocho años, dos personas de la máxima confianza de Pedro Sánchez, José Luis Ábalos y Santos Cerdán, y el mayordomo para todo de ambos, Koldo García, están siendo investigados por delitos de la máxima gravedad en los que conviven indicios sólidos de corrupción con expresiones manifiestas de un comportamiento deplorable, cutre y, en algunas circunstancias, profundamente ofensivo con las mujeres.
Ni España ni el propio PSOE merecen más cálculos políticos de corto plazo sobre lo que le conviene o no le conviene al Gobierno y al mismo Pedro Sánchez
Quien otorgó tanto poder a estos dos políticos tiene una responsabilidad in vigilando que debe dirimirse en las urnas por razones de salud democrática. Es hora de que Pedro Sánchez demuestre que cumple con lo que dice y que entienda que primero debe defender los intereses de España, luego los de su partido y, finalmente, los suyos propios. Unas nuevas elecciones son un imperativo moral.