Generación pública de oportunidades

Si un país no quiere quedar atrás en este contexto de continuos avances tecnológicos, de reestructuración y reconversión industrial, de aparición de nuevos...

Generación pública de oportunidades

Si un país no quiere quedar atrás en este contexto de continuos avances tecnológicos, de reestructuración y reconversión industrial, de aparición de nuevos empleos y de búsqueda continua de respuestas científicas a los nuevos desafíos globales, necesita, sin duda, un sistema universitario fuerte que genere estas capacidades sin desperdiciar talento por cuestiones económicas o sociales.

En España, durante casi medio siglo se ha creado un sistema universitario capaz de situarnos entre los siete países de mayor generación de talento de Europa. Pero este modelo se ha puesto en peligro –bajo el falso escudo de la meritocracia y la libertad– en algunas comunidades autónomas, como Madrid, que precarizan e infrafinancian año tras año las universidades públicas con la intención de debilitarlas y dar pie a la creación de un sinnúmero de universidades privadas que, en muchos casos, se convierten en simples expendedoras de títulos.

Frente a esta amenaza, el Gobierno de Pedro Sánchez ha apostado por la generación pública de oportunidades para los y las jóvenes que ven en la universidad su opción para desarrollar su futuro. Durante estos siete años, ha incrementado en un 65% las becas universitarias –superando los mil millones de euros–, ha hecho posible que las prácticas universitarias coticen a la Seguridad Social y ha mejorado las condiciones laborales de los investigadores en formación.

Ahora, el Gobierno da un paso más y se pedirán mayores exigencias de calidad para la creación de nuevas universidades: un número mínimo de 4.500 estudiantes, la disposición de un 10% de plazas de alojamiento universitario para facilitar el acceso a la vivienda y la consideración de todas las universidades online como de ámbito nacional, entre otras medias. Así, renueva su compromiso con la universidad pública y la calidad del sistema universitario en su conjunto.

Las universidades españolas deben seguir siendo ese motor de ascenso social que ha llenado de orgullo a nuestros padres y madres, a nuestros abuelos y abuelas, que no tuvieron, por desgracia, la misma oportunidad que nuestra generación ha tenido. Vamos a seguir siendo los defensores de la igualdad frente a un PP que busca convertir el sistema universitario en otro elemento más de sostenimiento de privilegios.