Sandra, José Luis y Juan, con autismo, y tan distintos como extraordinarios: "Merecemos respeto"

El 2 de abril se celebra el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo

Sandra, José Luis y Juan, con autismo, y tan distintos como extraordinarios: "Merecemos respeto"

En España, se calcula que 1 de cada 100 personas está en el espectro del autismo, es decir, casi medio millón de personas que no son, ni mucho menos iguales, sino únicas, cada una con sus propias necesidades, capacidades e intereses. El autismo se presenta, como dejan claro en la campaña de Autismo España por el día mundial, "con infinitas formas", como las de Sandra, José Luis o Juan.

Sandra se presenta con grandes necesidades apoyo, muchos abrazos y con unas ganas infinitas de bailar; Juan hablando sin parar y cocinando casi cualquier plato, aunque a veces le traicionen los pensamientos repetitivos; y José Luis con deseos de cantar y jugar a videojuegos, a pesar de que veces necesite un empujoncito.

No hay dos personas con autismo iguales, pero hay algo que todos tienen en común, la necesidad de unos apoyos especializados y adaptados a su situación personal y a su momento vital, y de que la sociedad ponga de su parte, sobre todo para conocerlos y comprenderlos mejor. Ellos mismos cuentan cómo.

Juan Garrido: "Me comunico bien con la gente, aunque a veces me cuesta empezar a hablar"

Juan vive en Madrid y necesita apoyos en su día a día, apoyos que recibe de "Bea, Héctor, mis padres y la gente que me rodea de confianza". Para desarrollar su autonomía acude a la Fundación Aucavi, donde, entre otras cosas, le enseñan a ser cada día más independiente, "vamos a un piso a pasar la semana y hacer actividades", cuenta.

Como todo el mundo, tiene un montón de aficiones y cosas que le gustan hacer, como "escuchar música en Youtube, montar en metro o cocinar todo tipo de comidas".

Además, se siente especialmente orgulloso de saberse todas las fechas del calendario desde el 2002, "cuando me dicen un día del mes y del año, sé qué día es de la semana", asegura, "también se me da bien y me gustan mucho las líneas de metro, me sé todas".

¿Algo que cambiaría de él? Sobre todo, algunos pensamientos que le hacen daño, pues le cuesta mucho "quitar las preocupaciones de la cabeza. A veces la gente piensa que son tonterías y no lo entienden, porque son mis problemas", insiste.

Respecto a qué es lo que más destacaría de él, lo tiene claro: "Soy una persona muy amable, muy buena con la gente y me gusta sonreír. Me gusta abrazar, soy cariñoso y me comunico bien con la gente, aunque a veces me cuesta empezar a hablar".

Ahinara Burén, sobre Sandra: "Más allá de cualquier diagnóstico, hay una persona completa"

Ahinara Burén es directora técnica de la Asociación Nuevo Horizonte, donde Sandra acude como usuaria, y tiene que ser su voz porque ella apenas puede expresarse de manera oral: "Tiene 50 años y vive en el servicio de hogares de la Asociación, donde comparte vivienda con otras compañeras y lleva una vida activa y estructurada, participando en diversas actividades adaptadas que fomentan su bienestar físico, emocional y social".

En su residencia, como nos cuenta Ahinara, Sandra disfruta de distintas actividades, como un taller de cuero y de cerámica, en el que trabaja habilidades cognitivas. Entre las que más disfruta, la piscina, pues "el agua le proporciona libertad de movimiento, ayuda a reducir tensiones musculares y, sobre todo, le divierte enormemente".

También adora la música, "en las sesiones utiliza instrumentos adaptados, canta o escucha melodías que le transmiten alegría y calma. El baile sigue siendo su forma de expresión favorita, y cuando suena una canción que le gusta, no duda en moverse al ritmo. También explora su lado artístico a través de la pintura con técnicas sencillas y participa en talleres de expresión corporal donde canaliza emociones mediante el movimiento", cuenta Ahinara.

Y es que, como quiere destacar, no le hace falta tener mucho lenguaje oral para expresar lo que siente. Ella lo hace a través del baile y con el apoyo de sistemas de comunicación alternativos basados en pictogramas.

Si hay algo que Ahinara destacaría de ella es, por un lado, su capacidad de emocionar a través del movimiento: "Es pura luz y ternura en movimiento, conquista a quienes tienen el privilegio de conocerla. Se transforma completamente cuando escucha música, moviendo su cuerpo con entusiasmo y dejando ver su espíritu alegre". Por otro , su naturaleza cariñosa, "disfruta profundamente del contacto afectivo con sus personas de confianza, buscando abrazos y muestras de cariño que refuercen esos vínculos especiales.

Esta capacidad de dar y recibir amor rompe con muchos estereotipos sobre las personas con autismo, demostrando que cada individuo tiene su propia forma única de expresar afecto. "Nadie puede resistirse al encanto de su sonrisa contagiosa", asegura emocionada, "lo más extraordinario de Sandra es cómo todas estas cualidades se combinan para crear una personalidad única y vibrante, porque más allá de cualquier diagnóstico, hay una persona completa, con sus gustos, sus emociones y su manera particular de experimentar el mundo".

José Luis Sancho: "Queremos que nos traten tal y como somos, simplemente necesitamos respeto"

José Luis tiene 23 años, vive en Segovia y en la actualidad está estudiando panadería, confitería y pastelería, "ahora mismo estoy haciendo unas prácticas", cuenta.

Diagnosticado desde que tiene seis años, necesita apoyos a diario, sobre todo "para saber qué tengo que hacer en el trabajo o en los estudios”.

Gran aficionado el cine, de pequeño soñaba con ser actor de doblaje. De hecho, nos cuenta orgulloso que sus talentos son cantar y las imitaciones de voces. También le gusta "ver películas, leer cómics y jugar a videojuegos".

Mientras sueña con convertirse algún día en actor, sigue formándose para tener un trabajo y luchando contra los estereotipos que más le molestan, como que "el autismo es una enfermedad, cuando en realidad no lo es, es un trastorno".

Si tuviera que pedir algo en el día mundial, también lo tiene claro, "que nos traten tal y como somos, tanto en el trabajo como en los estudios. Con un poquito de ayuda, podemos hacer muchas cosas, simplemente necesitamos respeto".

Las personas con autismo, sea cual sea su necesidad de apoyo, merecen las mismas oportunidades

Juan, Sandra y José Luis, independientemente de sus necesidades de apoyo, pueden ser personas con vidas plenas y felices, pero se tienen que enfrentar cada día a obstáculos y entornos poco amigables, unos entornos, que con la colaboración de todos, podrían serlo mucho más.

Entre las trabas más frecuentes, la falta de comprensión social sobre el autismo, que "genera barreras significativas en su vida cotidiana e impide que tengan adaptaciones adecuadas que mejoren sus oportunidades de inclusión en la comunidad. Seguimos encontrando entornos que no están preparados para acoger sus necesidades de comunicación, movilidad o procesamiento sensorial, lo que dificultan el acceso a experiencias que pueden enriquecer su vida", asegura Ahinara.

Otro desafío importante son los estereotipos sociales que tienden a invisibilizar sus verdaderas capacidades y personalidad porque detrás de etiquetas simplistas, se pierden de vista cualidades como la alegría contagiosa y la capacidad para dar y recibir afecto de Sandra, la amabilidad y memoria prodigiosa de Juan o el gran talento de José Luis para cantar e imitar voces, y todo, porque, como recuerda Ahinara, "existe una dificultad generalizada para entender que las personas con autismo, independientemente de su nivel de necesidad, merecen las mismas oportunidades de desarrollo, felicidad y realización personal que cualquier otra persona".