Los trabajadores afrontan jornadas intensas en plena ola de calor: "No podemos parar, para nosotros es un día normal"

Las jornadas de calor sofocante son especialmente difíciles para los trabajadores, que deben afrontar sus rutinas con esta dificultad añadida. Seguir las recomendaciones, hidratarse y evitar el sol son claves para su seguridad.

Los trabajadores afrontan jornadas intensas en plena ola de calor: "No podemos parar, para nosotros es un día normal"

La ola de calor que asola España no da tregua: con los termómetros de casi todo el país con valores cercanos a los 40 grados de máxima, las temperaturas sofocantes mantienen en alerta a diez comunidades autónomas y 34 provincias. Jornadas especialmente difíciles para los trabajadores, que deben afrontar sus rutinas y labores diarias con la dificultad añadida del calor extremo. Al menos cuatro trabajadores fallecieron por altas temperaturas durante la última ola de calor, a principios de julio, pese a que la ley obliga a adaptar la jornada o suspenderla si hay riesgo para la salud de los trabajadores por altas temperaturas.

Muchos de ellos deben compaginar ritmo y carga de trabajo con el bochorno de la calle, extremando la precaución: "Tratamos de hacer las cosas que más esfuerzo físico conllevan por las mañanas o a última hora, por la noche, cuando se puede trabajar mejor", cuenta a 20minutos Juan Mauricio, camarero. "Durante el día, tratamos de sobrellevarlo, con la botellita de agua cerca, porque el calor a la hora de trabajar cuesta, y más de cara al público, explica. "Es difícil, también dentro de la cocina hay muchas máquinas con vapor, constantemente estás sudando y bebiendo agua... Es mucha 'matada', la verdad", detalla Alondra, camarera de 24 años. "Se sobrelleva, hay momentos que hay que parar y beber agua, y luego a las tres cerramos, cuando hace más calor y casi no viene gente", remacha.

Hidratarse y evitar el trabajo en las horas centrales del día son las recomendaciones fundamentales para los trabajadores que deben afrontar una jornada marcada por el calor. Los obreros, expuestos al sol, adaptan su jornada y tratan de seguir con su trabajo de forma segura: "Se aprieta por la mañana, desde las 7 cuando hace más fresquito, y a las tres cuando aprieta nos vamos para casa", cuenta un capataz de obra a 20minutos. "A base de agua fresquita y nada más, todos los años hay olas de calor, tenemos que seguir y cuando aprieta el calor, a casa", subraya.

"Tenemos instrucciones de ir por la sombra y estar hidratados"

Con el mercurio en constante aumento a medida que transcurre la mañana, los trabajadores públicos desarrollan su actividad siguiendo las recomendaciones y los protocolos para sobrellevar el calor antes de retirarse para evitar las horas centrales del día.

"Tenemos instrucciones de ir por la sombra, evitar estar al sol, estar constantemente hidratados, y si tenemos que parar, paramos para descansar, comprar agua....", explica a 20minutos Juan José, barrendero en Madrid. "Si pasa algo o nos encontramos mal, tenemos instrucciones de parar y avisar a los capataces. Dentro de lo complicado que es trabajar en la calle, así podemos llevarlo medianamente bien".

Javier, trabajador del alumbrado público, cuenta en la misma línea que, aunque el calor complica la jornada, por lo que deben adaptarse: "Nuestro trabajo es por turnos —mañana, tarde y noche—, y cuando hace más calor, intentamos buscar la sombra, refugio y estar bastante hidratados", comenta. "En las horas de más calor buscamos trabajos en los que no estemos expuestos al sol, y esperamos a que la tarde esté ya avanzada para poder trabajar en otras labores", expone.

"Tenemos que ir a tope, parar para comer y poco más"

Tampoco paran estos días de calor los trabajadores autónomos y los repartidores, que deben afrontar casi sin descanso jornadas exhaustivas en las que el calor es un condicionante más: "No podemos parar, los clientes tienen su horario y tenemos que ir 'dale y dale' para cumplirlo, por lo que para nosotros es un día normal", cuenta Giovanni, repartidor, al pie de su camión de reparto de refrescos para la hostelería. "Hay días que si notamos más calor, pero nosotros con agua y a seguir a tope", detalla.

Para otro autónomo, Francisco, la jornada se extiende desde por la mañana temprano hasta, al menos, las siete de la tarde. "Tenemos que ir a tope. Paramos para desayunar o almorzar, luego para comer y poco más. Y de forma continua", cuenta a 20minutos, admitiendo que, con tanto calor, la jornada se sobrelleva "mal, muy mal": "Con mucha agua y mucho hielo, yo llevo hasta botellas de agua congelada", reconoce. Con una larga jornada por delante, Francisco explica que el trabajo sale adelante "con agua y sobre todo con muchas ganas y muchos esfuerzo, no queda otra".

Refugiada en el interior de su kiosko con un ventilador y una botella de agua, Aurora relata a 20minutos que el verano y el calor les obliga a adaptar la jornada: "En verano nunca abrimos por la tarde, abrimos a las 7 de la mañana y a las dos cerramos". "A primera hora se está mucho más fresco, y tenemos la suerte de que en nuestra acera no da el sol hasta que llega la tarde. Por eso aguantamos, pero por la tarde es imposible", subraya.

Las empresas están obligadas por ley a tomar medidas ante las olas del calor para salvaguardar la salud de sus trabajadores, como planificar horarios y tareas, así como establecer descansos y facilitar recursos para combatir el calor. El pasado 28 de junio, una trabajadora del servicio de limpieza de Barcelona falleció poco después de terminar su turno.

El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) ha asegurado que el calor es uno de los principales factores que aumentan el riesgo de sufrir un accidente laboral, incrementándolo en un 17,4%. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), al menos 18.970 trabajadores mueren al año en todo el mundo por accidentes relacionados con la ola de calor y las altas temperaturas.