De Alcaraz a Alcatraz
Posiblemente el último tuit en el que han coincidido los políticos españoles de todas las ideologías ha sido el referente a la victoria de Alcaraz en Roland...

Posiblemente el último tuit en el que han coincidido los políticos españoles de todas las ideologías ha sido el referente a la victoria de Alcaraz en Roland Garros. Exaltando esa deportividad de la que han hecho alarde los dos deportistas y que engorda sus discursos como un pavo, pero que no dudan en trinchar y devorar cada día
Un partido que aunó a España entera, un país celebrando la misma victoria, personas de distintas sensibilidades políticas unidas, sin el guerracivilismo al que estamos acostumbrados de derechas e izquierdas, al menos, durante cinco horas y media. Dos chavales dando lecciones de civismo a una panda de adultos infantilizados.
Y todo en la misma semana en la que nuestros políticos y sus entornos han protagonizado otro espectáculo, pero este dantesco. Hoy, cada bando tiene ya sus propias cloacas y antihéroes. Aldama, como el héroe de la derecha, y en vez de capa, con pulserita de España, y Leire, la heroína de la izquierda, sudando más con Pano que con la chaqueta de pana
Una clase política que, una vez que acaba el partido, vuelve a su pachanga barriobajera, intercambiándose insultos en vez de voleas, bajando el nivel con filtraciones y personajes más propios de los platós de televisión más chuscos que de un parlamento, celebrando cada revés del otro con saña, retirándose el saludo y abandonando la pista a mitad de partido.
La rivalidad sana es necesaria, bien lo saben Sinner y Alcaraz, ya que el uno sin el otro no habrían llegado tan lejos. Nuestros políticos no quieren ganar al rival, sino acabar con él, arrasarlo, y así perdemos todos porque en la arena política no quedará nadie. Más que la de una pista de tenis será la de un circo romano.