Los aliados mediáticos

Durante años, Santiago Carrillo, cuando ya estaba fuera del circuito de la política activa, mantuvo un almuerzo semanal en La Ancha de la calle Zorrilla, a espaldas del Congreso de los Diputados, con algunos camaradas, entre los que figuraba invariable Julián Ariza, uno de los arquitectos de Comisiones Obreras. Avanzaban los años, todavía estaba permitido fumar en los restaurantes, pero Carrillo, respetuoso, prefería interrumpir la ingesta y salir a la calle a echar un cigarrillo Gauloises, que le devolvía a sus años parisinos. Alguna vez, de vuelta de su particular humareda, al pasar junto a la mesa que ocupábamos los colegas de la Asociación de Periodistas Europeos, cuya sede se encontraba a la vuelta de la esquina, en la calle de Cedaceros, Santiago se detenía para un breve cambio de impresiones.

Los aliados mediáticos
¿PREGUNTAR OFENDE? por Miguel Ángel Aguilar

Durante años, Santiago Carrillo, cuando ya estaba fuera del circuito de la política activa, mantuvo un almuerzo semanal en La Ancha de la calle Zorrilla, a espaldas del Congreso de los Diputados, con algunos camaradas, entre los que figuraba invariable Julián Ariza, uno de los arquitectos de Comisiones Obreras. Avanzaban los años, todavía estaba permitido fumar en los restaurantes, pero Carrillo, respetuoso, prefería interrumpir la ingesta y salir a la calle a echar un cigarrillo Gauloises, que le devolvía a sus años parisinos. Alguna vez, de vuelta de su particular humareda, al pasar junto a la mesa que ocupábamos los colegas de la Asociación de Periodistas Europeos, cuya sede se encontraba a la vuelta de la esquina, en la calle de Cedaceros, Santiago se detenía para un breve cambio de impresiones.

Recuerdo que, en momentos de combate implacable de la derecha impaciente contra el presidente Felipe González, frente al que se había proclamado por parte de la Asociación de Escritores y Periodistas Independientes (AEPI), de algunos relevantes personajes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), como el coronel Perote, y de tutti quanti el "vale todo" en aras de conseguir desalojarle de Moncloa, nos dijo de modo lapidario que Felipe debería haber tenido en cuenta que "los aliados mediáticos son más importantes que los aliados políticos".

El experimentado líder comunista trataba así de poner de relieve que el más grave de los factores adversos que configuraba la constelación que se estaba dibujando con extrema acritud era la falta de calor en el elogio al presidente, constatable en la disminución de la intensidad acústica de los aplausos, medida en decibelios decrecientes, que empezaba a percibirse por doquier, incluso en las páginas impresas de los periódicos afines y en las ondas hertzianas de las emisoras amigas, que iban tomando clara distancia. Sucedía, como escribió George Steiner, que donde se forja la amistad puede anularse la incongruencia y se advertía que no hay dolor más persistente ni cicatriz más irremediable que la de la amistad traicionada.

Siguiendo todavía a Steiner en su libro Fragmentos, hemos de coincidir en que el momento más transcendental en la historia del hombre poderoso es aquel del descubrimiento del eclipse, como algo universal, inescapable, predestinado: el descubrimiento de que toda existencia, todo lo que vive, todo poder vigente es el prólogo a una extinción segura. Ese momento para el presidente Pedro Sánchez bien podría haber sido el de la mañana de este miércoles cuando se precipitaron determinadas comparecencias como la de Leire y significativos relevos como los acaecidos en los medios afines asimilables. Porque, como subraya Rafael Sánchez Ferlosio en uno de los pecios recogidos en su libro Mientras no cambien los dioses, nada ha cambiado, "la comunicación ha alcanzado tal volumen y tanta prepotencia que la noticia pesa muchísimo más, ocurre enormemente más, que los hechos mismos de los que da cuenta".

En todo caso, los empujones en el hotel de Leire confirman que donde no hay distancia crítica entre los personajes y los narradores no puede haber periodismo. El amontonamiento físico lo hace imposible. También lo bloquea el amontonamiento gramatical que supone la pérdida de distancia derivada del uso exclusivo del tuteo, es decir, de la segunda persona. Por eso Luis Carandell propugnaba la fundación del Club del usted. Para el caso Leire habría sido fundamental. Atentos.