Hola doctora IA, adiós doctor Google

Leo que el 80% de los consumidores españoles utiliza la inteligencia artificial (IA) para cuestiones vinculadas a la salud. Eso significa que los que estáis...

Hola doctora IA, adiós doctor Google

Leo que el 80% de los consumidores españoles utiliza la inteligencia artificial (IA) para cuestiones vinculadas a la salud. Eso significa que los que estáis leyendo este artículo con alta probabilidad habéis consultado a la IA –conforme especifica ese estudio– en asuntos como los usos de un medicamento, la interpretación de determinados síntomas corporales, así como recomendaciones para el mejor ejercicio físico o la dieta ideal para adelgazar.

No parece algo llamativo porque desde la irrupción de internet los buscadores acaparaban consultas de todo tipo en materia de salud. Si buscamos el mejor hotel, por qué no el mejor médico. De hecho, los científicos de datos digitales eran capaces de predecir la llegada de una cepa de la gripe a una geografía en función del número de consultas que se hacían en Google sobre cómo atajar los síntomas de esa afección. A mayor número de entradas en el buscador con esas dudas, mayor probabilidad de un brote de gripe con alta prevalencia.

Los tiempos en los que leíamos un manual de medicina o incluso los prospectos de los medicamentos pasaron a la historia hace tiempo. También es un recuerdo de nuestros padres y abuelos visitar al médico con rapidez cuando nos encontramos mal. Por supuesto que hay gente que todavía únicamente confía en los facultativos y las urgencias en fin de semana siguen colapsadas, pero hoy la mayoría nos hemos contagiado de la inmediatez del momento y no estamos dispuestos a esperar semanas para una consulta médica o una interminable cola si hay otras vías para encontrar respuesta a nuestras cuitas de salud.

La salud digital ha avanzado de una manera espectacular en los últimos años y hoy es posible desde las consultas telemáticas a las recetas electrónicas. Además, se están probando con éxito dispositivos que miden en remoto el pulso, la presión arterial, la saturación de oxígeno en sangre o la capacidad pulmonar. Pero somos impacientes. El avance de la tecnología en materias como el comercio electrónico nos ha impregnado de la necesidad de disponer de respuestas inmediatas a nuestras necesidades. Amazon y luego todas las grandes marcas nos han educado en tener las compras en casa en apenas unas horas. Los bancos han ayudado a este cambio de mentalidad con los pagos al instante, Bizum es la mejor expresión de lo anterior. Y la salud, que es lo más importante para la mayoría de los ciudadanos, no podía ser la excepción.

La novedad ahora es que en apenas unos meses hemos pasado de confiar en el doctor Google que nos buscaba las páginas web donde consultar nuestras preocupaciones en materia de salud a charlar con una aplicación de IA. Confiábamos en los buscadores clásicos porque nos permitían obtener respuestas sobre enfermedades tras leer sitios web de institutos médicos u hospitales. Ahora simplemente confiamos en la doctora IA, sin leer nada ni saber las fuentes que utiliza o cómo ha conseguido la información, simple y llanamente la damos por válida.

Esta doctora IA nos recomienda un ayuno intermitente, una rutina de ejercicio o un tratamiento para la diabetes cuando no el mejor médico u hospital para curarse. Sin duda, la nueva doctora nos puede ayudar a mejorar la salud, pero antes de abrazarnos a ella deberíamos pedir a los doctores de siempre y a las empresas e instituciones de la salud que no minusvaloren la IA y entren en ese campo por nuestro bien. Con ellos dentro, todo será mejor.