Teatro para todos, que la accesibilidad no sea un problema: "Con la tecnología de hoy, poner subtítulos no puede ser complicado"

Teatro para todos, que la accesibilidad no sea un problema: "Con la tecnología de hoy, poner subtítulos no puede ser complicado"

Sandra Mena llega siempre con tiempo a cualquier espectáculo. No es una manía, ni un hábito adquirido: es una estrategia. Antes de sentarse, recorre con los ojos un territorio que para ella nunca termina de fijarse. Su nistagmus, que le provoca la vibración involuntaria de sus ojos, convierte el escenario, el patio de butacas y el pasillo lateral en un conjunto de figuras que se mueven y distorsionan.

Cada entrada a un cine o teatro es un pequeño ejercicio de orientación. Explica que, en estos recintos, al menos, "puedo ir contando las filas y las butacas y, aunque tarde un poco más, al final acabo encontrando mi sitio". Sin embargo, el margen de control desaparece en cuanto el espacio crece. "En conciertos o en eventos multitudinarios es francamente muy difícil encontrar mi sitio", reconoce, subrayando que suele necesitar acompañamiento porque le genera inseguridad no poder ubicarse.

Ese esfuerzo previo es solo la primera de una serie de barreras que se repiten en cada espectáculo. Mena, licenciada en traducción e interpretación, explica que se pierde gran cantidad de información visual, tanto la que completa el sentido de la obra como la que simplemente despierta curiosidad. "Me pierdo imágenes, movimientos, recursos visuales importantes para seguir el evento al que asisto", detalla.

Lo cuenta con serenidad, pero no sin cierta resignación: "Hay cosas a las que directamente no voy, como los espectáculos de magia. Sé que no me voy a enterar de lo que está pasando". Ni siquiera la compra de entradas es un trámite sencillo: "Los mapas del sitio en la web se ven muy pequeños… acabas rezando para no estar detrás de una columna".

A partir de este punto, el análisis del caso encuentra eco en el trabajo de profesionales como el subdirector del Centro Europeo de Recursos sobre Accesibilidad de Accessible EU y Responsable de Accesibilidad en el Entorno Construido en Fundación ONCE, José Luis Borau, que explica que esta problemática, "nace de una realidad histórica: durante mucho tiempo, los espacios escénicos y los procesos creativos se diseñaron sin tener en cuenta la diversidad sensorial, cognitiva o física de la ciudadanía". Señala que, pese a que ha habido avances, persisten barreras arquitectónicas, tecnológicas y comunicativas que siguen condicionando la experiencia del público con discapacidad.

No todas las discapacidades son iguales

En el caso de Natali González, las barreras sensoriales se hacen evidentes en cuanto el telón sube. Convive con una discapacidad auditiva y depende de sus audífonos y de la lectura labial. En un teatro, explica, es "prácticamente imposible leer labios por la distancia, la luz o el movimiento". Por eso insiste en que el subtitulado no es un extra: "Con la tecnología que hay hoy, poner subtítulos no puede ser complicado, ni caro". Borau, experto en accesibilidad, coincide: "A corto plazo, el objetivo es asegurar servicios de comunicación como audiodescripción y subtitulado, y garantizar que las programaciones incluyan funciones accesibles de forma estable".

La falta de información clara también afecta a González, quien lamenta que los eventos etiquetados como "accesibles" no especifican para quién: "No somos un colectivo homogéneo", recalca esta doctora en Ciencias de la Comunicación y Sociología. Borau identifica esta falta de precisión como un fallo extendido: "Hay poca visibilidad de los recursos accesibles, y lo que no se comunica, no existe".

En un plano distinto, las dificultades de acceso físico marcan la experiencia de Santiago Ruiz, usuario de silla de ruedas eléctrica. "A veces no hay rampas adecuadas, otras veces el ascensor no funciona", relata.

Sin embargo, Ruiz también recuerda experiencias positivas: "En un concierto reciente todo fluyó como debería. Me sentí parte del público en igualdad de condiciones". Borau señala que cuando se aplica una planificación clara y se forma adecuadamente al personal, "los avances son rápidos y sostenibles".

Tres vidas distintas, un mismo bloqueo estructural

Aunque sus discapacidades son distintas, Sandra Mena, Natali González y Santiago Ruiz coinciden en un punto esencial: la información previa es insuficiente. Mena reconoce que desconocía la existencia de un teléfono específico para comprar entradas accesibles. González añade que la comunicación rara vez distingue perfiles: "No puedes anunciar accesibilidad sin explicar para quién es". Por su parte, Ruiz relata que muchas veces tiene que asumir riesgos al asistir a eventos sin saber realmente si podrá entrar o ver.

El experto en accesibilidad ratifica estas lagunas: "Mientras la accesibilidad dependa de acciones puntuales, seguiremos generando incertidumbre en el público. Hace falta planificación estable y herramientas homogéneas".

El ámbito digital tampoco acompaña. Los planos en la web son pequeños —apunta Mena—; González denuncia que la información accesible "ni siquiera se encuentra"; y Ruiz, directamente, no puede comprar plazas accesibles por internet. Borau recuerda que las tecnologías accesibles no son solo una ayuda conveniente, sino una parte esencial de la autonomía del espectador. "Las apps accesibles, la audiodescripción o incluso la realidad aumentada ya permiten enriquecer la experiencia sensorial y personalizarla".

Los apoyos sensoriales siguen escaseando. González, con sus dificultades auditivas, insiste: "Sin subtítulos no puedo disfrutar de la obra". Ruiz considera que esta carencia deja fuera a parte del público "como si entender lo que ocurre en el escenario fuera opcional".

La formación del personal aparece como una queja transversal. "No es mala fe: es ignorancia", señala Natali González. Una aseveración en la que Borau, desde su enfoque reivindicativo, coincide: "La formación es el factor más determinante. Sin equipos capacitados, la accesibilidad se queda en intervenciones aisladas".

La cultura como refugio, como derecho y como frontera

Para los tres protagonistas, la cultura es una necesidad emocional. Sandra Mena lo explica con delicadeza: "Me compensa incluso con las dificultades. Te hace sentir parte de una comunidad". Y Santiago Ruiz, desde sus complicaciones de movilidad, va más allá: "Es esencial para la inclusión social".

José Luis Borau coincide y señala que la inclusión debe abarcar no sólo al público, sino a los profesionales: "Una cultura accesible implica que también los artistas y técnicos con discapacidad puedan formarse, trabajar y crear en igualdad de condiciones. Su presencia enriquece el lenguaje escénico", destaca el experto.

Respecto a los avances recientes, Borau destaca ejemplos especialmente positivos como La Casa Encendida, el Festival de Almagro o el Centro Dramático Nacional, donde la accesibilidad se ha consolidado con planificación, formación y compromiso institucional. "Los casos más sólidos demuestran que cuando hay estrategia, los resultados son evidentes".

Aun así, advierte de desafíos pendientes: desigualdad territorial, falta de estandarización tecnológica, ausencia de estabilidad presupuestaria y escasa presencia de profesionales con discapacidad en el sector.

De cara al futuro, las líneas estratégicas son claras: "El propósito es conseguir que la accesibilidad sea un criterio inherente, no un añadido. Queremos que cualquier persona pueda vivir, crear y disfrutar de las artes escénicas en igualdad de condiciones", afirma el experto.

Y mientras ese proceso avanza, Sandra Mena sigue llegando pronto a cada espectáculo. Sigue contando butacas en la penumbra, imaginando el mapa del teatro, tanteando un camino que no debería requerir tanto esfuerzo. Lo hace porque la cultura forma parte de su vida. Lo hace porque, como recuerdan ella, Natali González y Santiago Ruiz, la cultura debe ser un lugar donde todo el mundo encuentre su asiento sin obstáculos añadidos.

Si quieres contactar con 20minutos, realizar alguna denuncia o tienes alguna historia que quieres que contemos, escribe a pablo.rodero@20minutos.es. También puedes suscribirte a las newsletters de 20minutos para recibir cada día las noticias más destacadas o la edición impresa.