De la muerte mejor no hablar en casa, mejor en las películas

De la muerte mejor no hablar en casa, mejor en las películas

De la muerte mejor no hablar: mejor vivamos la vida. Bajo esta creencia, hubo un momento en que Occidente dejó de considerar la muerte. Si bien la Edad Media trataba la muerte como un suceso familiar, que ocurría en el ámbito doméstico y que tenía una continuidad que la religión aseguraba más allá del incierto umbral, poco a poco la llegada de la guadaña se va dramatizando, individualizando, medicalizando y expulsando hasta que, llegado el siglo XX, se convierte en tabú. Se relata, por ejemplo, en la célebre Historia de la muerte en Occidente desde la Edad Media hasta nuestros días (Acantilado), del historiador francés Philippe Ariès.

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