Así es el 'Sead 23', el primer dron marítimo que recibe la Armada Española, casi invisible para el radar y creado por una firma gallega
Como han mostrado las guerras de Ucrania y Gaza, el uso de drones militares se ha normalizado y ya son una pieza más de los arsenales. España también los está incorporando a sus Fuerzas Armadas. Hasta ahora han sido drones aéreos, pero ahora llega un vehículo no tripulado pero de superficie.
A finales de 2022, la Armada cerró la compra de tres unidades del M5D-Airfox, un dron de desarrollo y fabricación españolas, de la empresa gallega Marine Instruments. También llega ya el Sirtap, el sistema aéreo táctico de alto rendimiento sin tripulación de Airbus. Está previsto que el Centro de Ensayos para Sistemas no Tripulados de Moguer (Huelva) acoja antes de que acabe el año el primer vuelo de este dron, diseñado y desarrollado al 80% en España.
Y ahora, mientras Indra desarrolla el vehículo aéreo multipropósito Valero, la Armada española ha recibido el Sead 23, un dron marítimo USV (vehículo de superficie no tripulado). Su diferencia es que se trata de un vehículo de superficie. Creado por la gallega Seadrone, filial de Zelenza, su gran virtud es que evita o limita el despliegue de medios humanos en situaciones de alto riesgo.
Fue a finales de 2024 cuando la Armada y Seadrone firmaron el contrato para el suministro de este USV por 1,1 millones de euros. El Sead 23 está diseñado para realizar, entre otras, labores de apoyo como patrulla, escolta, localización y seguimiento de objetivos, reconocimiento de litoral y levantamiento de lecho marino.
Zelenza lo describe como una embarcación semirrígida de alta velocidad con cubierta cerrada, propulsada por motor diésel y propulsor de agua. "Además de ser opcionalmente tripulado, tiene una autonomía elevada, es muy poco detectable al radar y está dotado de una capacidad de supervivencia muy alta", asegura la empresa.
Estas son sus características:
- Eslora: 7 m
- Manga: 2,3 m
- Puntal: 1,20 m
- Calado: 0,57 m
- Motor: diesel de 320 CV
- Velocidad máxima: 36 nudos
- Autonomía: hasta una semana a 4 nudos
- Capacidad de carga: hasta 600 kg
El Sead 23 es un dron naval, lo que, según su fabricante, le permite aprovechar mejor sus capacidades en comparación con barcos tripulados adaptados. Puede asumir misiones de todo tipo disminuyendo el riesgo personal, operando bajo el concepto de manned-unmanned teaming (colaboración entre plataformas tripuladas y no tripuladas).
El dron ha sido construido en fibra de vidrio. Su diseño modular le permite integrar cámaras ópticas e infrarrojas de alta calidad, espectrómetros de masas, detectores de señales RF, inhibidores para guerra electrónica y estaciones de armas remotas, además de desplegar sonares o un vehículo sumergible operado remotamente (ROV) para operaciones submarinas.
También tiene su faceta ofensiva. Puede equipar estaciones de armas remotas (RCWS) como la Lionfish de Leonardo (calibre 12,7 mm o 30 mm), torpedos ligeros de 20 kg, minas o municiones merodeadoras como el MILVUS, de fabricación propia, con una cabeza de guerra rompedora de hasta 1,4 kg.
Una de sus aplicaciones más destacadas es en operaciones anfibias de la Infantería de Marina. En ese contexto el Sead 23 puede realizar labores de reconocimiento y batimetría inmediata en zonas de desembarco, eliminando el riesgo que actualmente corre el personal embarcado. Además, en misiones de lucha contra minas, puede actuar como plataforma para remolcar sonares o vehículos submarinos que identifiquen y neutralicen amenazas a larga distancia sin exponer a los buques de guerra de minas tripulados.
Según Zelenza, el Sead 23 puede reforzar las capacidades de vigilancia y seguridad marítima en puntos estratégicos como el Estrecho de Gibraltar y vigilancia de costas. En ese escenario puede proteger infraestructuras críticas, cables submarinos y controlar el tráfico marítimo y en casos de piratería, utilizar su armamento como elemento de respuesta en fuerza.