Los desnudos inéditos de una risueña Concha Piquer dibujados por Benedito, discípulo de Sorolla

Contaba Concha Piquer a Manuel Vicent que, tras triunfar siendo apenas una adolescente en los escenarios de Nueva York, su madre, Ramona, tuvo que volver a Valencia y se quedó sola en la ciudad de los rascacielos. Corrían los años veinte del pasado siglo. “En Nueva York me quedé sola, y para sentirme más cerca de mi gente, de mi tierra, leía novelas de Blasco Ibáñez, a quien conocí un día comiendo. Al poco tiempo estaba yo tan triste, a mis 18 años, que le dije a Schubert que quería ir a ver a mi madre”, relataba la cantante (1906-1990) en la entrevista publicada por EL PAÍS en 1981 y firmada por el periodista y escritor que, 40 años más tarde, novelaría la asombrosa vida de la coplista en Retrato de una mujer moderna (editorial Alfaguara).

