Deprisa, deprisa

Que lo bauticen como quieran, pero el Gobierno y las autonomías han de llevar a la práctica lo que sugirió el Rey tras su visita a las zonas devastadas por el fuego este verano. Hay que corregir los fallos de cada una de las administraciones: en prevención, en gestión forestal, en dotación de medios, en coordinación entre las instituciones implicadas… Suena a sarcasmo que nos hablen de emergencia, una vez pasada, o de pactos en plena refriega. Pero da lo mismo. Nunca es tarde. Sobre la lucha partidista, quedan las voces de los afectados y de los que saben. Sus testimonios y los estragos de la catástrofe obligan a que veamos medidas concretas a la mayor brevedad.