Moncloa se planta ante la estrategia del "no a todo" de Podemos y rechaza negociar el embargo de armas a Israel: "Es su decisión"

Moncloa se planta ante la estrategia del "no a todo" de Podemos y rechaza negociar el embargo de armas a Israel: "Es su decisión"

Moncloa ha dado un golpe sobre la mesa tras meses de contención. Este miércoles afrontará la votación de dos leyes clave —el embargo de armas a Israel y la ley de movilidad sostenible— sin haber negociado "absolutamente nada" con Podemos, cuyo apoyo resulta decisivo para sacarlas adelante, puesto que Junts ya avanzó su aval. "Aquí no hay mucho que negociar. Somos conscientes de que les parece insuficiente, pero es la propuesta a la que puede llegar el Gobierno", sostienen fuentes gubernamentales respecto a la posición de Podemos sobre el embargo de armas a Israel. De esta forma, Moncloa asume la incertidumbre sobre el marcador de victorias y derrotas que resulte del pleno de este miércoles, no obstante, dicen mantener la esperanza de que ambas iniciativas prosperen.

Y es que en los últimos meses, el tablero de alianzas del Gobierno ha experimentado un vuelco. Si antes era Junts quien solía forzar negociaciones in extremis y votaciones de alto riesgo, las de este miércoles dibujan un escenario distinto. La formación de Carles Puigdemont anunció hace días su voto favorable tanto al decreto que consolida jurídicamente el embargo de armas a Israel como a la ley de movilidad sostenible, mientras que Podemos evita adelantar su posición. También Moncloa ha actuado con distinto talante: con Junts ha habido negociaciones previas que han llegado a buen puerto, pero con Podemos no existen conversaciones ni intención de abrirlas.

Este miércoles se someterán a votación estas dos iniciativas de especial relevancia para el Gobierno. La primera, el embargo de armas a Israel, que forma parte del paquete de medidas impulsado por Pedro Sánchez en defensa de la causa palestina, que se ha convertido en uno de los ejes centrales de la estrategia socialista. Podemos ha evitado hasta ahora aclarar el sentido de su voto: considera insuficiente la medida, pero el apoyo de Junts sitúa a la formación morada en una posición complicada, al convertirla en responsable -junto con la derecha y la extrema derecha- del futuro de una iniciativa especialmente sensible para su electorado.

Moncloa es consciente de la presión, y por eso, ante la estrategia del "no a todo" adoptada últimamente por Podemos, ha visto en esta votación una oportunidad para plantar cara a los morados. "Llevamos una propuesta y el grupo tiene que decidir si la apoya o no. Es su decisión", zanjan fuentes gubernamentales, que reconocen ser plenamente conscientes de lo que esto "implica y supone". Lo repiten otros altos cargos del Ejecutivo, que insisten en que han llegado tan lejos como les permite el derecho internacional, por lo que obvian cualquier presión por parte de los morados.

Aun así, siguen viendo "posibilidades" de que la iniciativa reúna los apoyos suficientes, puesto que han aceptado la petición de sus socios de tramitarla como proyecto de ley, lo que permitirá introducir cambios durante su recorrido parlamentario.

Al cierre de esta edición, el sentido del voto de Podemos sigue en el aire. Y aunque Junts optó por un discurso duro durante el debate del embargo de armas a Israel, fuentes gubernamentales aseguran que, hasta lo que ellos saben, los de Puigdemont mantienen la misma posición que el pasado jueves. Cuentan con su voto a favor.

Ley de movilidad sostenible

La segunda ley que se vota este miércoles es la de movilidad sostenible, que pone en juego 10.000 millones de fondos europeos muy necesarios para un Gobierno en prórroga presupuestaria. En este caso, las posiciones parecen aún más alejadas con Podemos, puesto que estos piden paralizar las ampliaciones del aeropuerto de Barcelona y del puerto de Valencia, condiciones que el Ejecutivo no acepta. En Moncloa no hay tanto optimismo en poder sacarla adelante como en el caso del decreto del embargo de armas. No obstante, aseguran que sigue habiendo "confianza" porque consideran que es "buena" y "coincide" con lo que defiende la mayoría del arco parlamentario.

De momento, el Gobierno mantiene la atención puesta en las dos votaciones de este miércoles, que podrían suponer una bocanada de aire fresco tras un septiembre plagado de tropiezos parlamentarios. El mes pasado, el Ejecutivo encajó hasta cuatro derrotas de calado. Junts fue clave para tumbar la reducción de la jornada laboral y la creación de la oficina anticorrupción; mientras que Podemos, Compromís y la Chunta Aragonesista rechazaron la transferencia de las competencias migratorias a Cataluña. Incluso socios habitualmente más estables, como ERC o el BNG, se sumaron a la mayoría de la Cámara para reprobar a la ministra de Igualdad, Ana Redondo, por la gestión de las pulseras antimaltrato.

Todo ello, además, a expensas de que el Gobierno presente los Presupuestos Generales del Estado comprometidos por Sánchez. Por eso, el desenlace de las votaciones de esta semana puede resultar clave para medir el pulso del Gobierno y el ánimo del PSOE, inmerso en una legislatura en la que el respaldo de sus socios parece fluctuar por momentos.