Feijóo noquea a Sánchez en el primer asalto del ciclo electoral
El ciclo electoral que echó a andar ayer con las elecciones autonómicas en Extremadura no ha podido comenzar peor para la Moncloa. El PP ganó ayer con autoridad el primer round de la hoja de ruta que ha diseñado para evidenciar la debilidad del Gobierno, y que pasa por celebrar comicios en Aragón, Castilla y León y Andalucía en los primeros meses de 2026. Los populares lo hicieron mejorando ligeramente sus resultados de hace dos años. Pero su principal éxito fue el desplome de un PSOE muy tocado, aunque fuera a costa de pavimentar el camino para el crecimiento de Vox, que consolida su vertiginoso ascenso de los últimos meses.
El batacazo socialista supone un duro golpe para el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se volcó en la campaña electoral en Extremadura pese a los pésimos pronósticos de las encuestas. El mal resultado en un territorio donde el PSOE ha gobernado durante 36 años evidencia el mal momento que atraviesa el Ejecutivo central, asolado por las denuncias de acoso sexual contra algunos militantes y dirigentes socialistas y también por los diferentes casos de corrupción investigados por los tribunales, el último de los cuales, relativo al supuesto cobro de mordidas a cambio de adjudicaciones, estalló hace apenas un par de semanas.
Sánchez comparecerá hoy por la mañana en una intervención sin preguntas desde la Moncloa. No obstante, la valoración del nefasto resultado del PSOE en las elecciones extremeñas la ofreció ayer por la noche la secretaria de Organización de los socialistas, Rebeca Torró; el presidente se limitará, previsiblemente, a anunciar quién sustituirá como ministra de Educación y como portavoz del Gobierno a Pilar Alegría, que precisamente abandona el Ejecutivo para ser candidata en las elecciones autonómicas de Aragón en febrero, donde los sondeos también auguran un mal resultado para el PSOE.
Si los socialistas fueron los principales perdedores de la jornada electoral, sin duda el gran triunfador de la noche fue Vox, que confirma la pujanza de su marca y el buen funcionamiento de su estrategia de presión por la derecha al PP. Con un candidato poco conocido, Santiago Abascal se volcó durante la campaña electoral, y el resultado confirma el auge de una ultraderecha que sigue creciendo sin, por ahora, frenar la progresión del los populares.
Aunque el resultado del PP no les dejó ni siquiera cerca de la mayoría absoluta –de hecho, en términos absolutos, María Guardiola perdió 9.000 votos con respecto a hace dos años–, su incontestable victoria y el enorme batacazo del PSOE le permiten cumplir uno de sus principales objetivos a escala nacional: constatar el estado de enorme fragilidad en el que se encuentra el Gobierno. El líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo, aseguró tras los comicios que el resultado de las elecciones revela que "Extremadura ha hablado y ha dicho que no quiere más sanchismo" y afirmó que "el cambio en España está más cerca". "Es una paliza del PP al PSOE" y "en el país se perfila un horizonte de cambio" resumió el número dos del PP, Miguel Tellado.
La única buena noticia de la noche electoral para el bloque progresista fue el crecimiento de Unidas por Extremadura, cuyo resultado –el mejor de la historia a la izquierda del PSOE– se perfila como clave para la recomposición de un espacio en crisis desde el inicio de la legislatura. Los comicios de ayer son los primeros en los que la izquierda alternativa mejora sus números en más de dos años, tras sufrir colosales batacazos en las elecciones europeas, gallegas y vascas. Y el buen resultado coincide, además, con la primera vez desde 2023 que Podemos e IU han aparcado sus diferencias y han concurrido conjuntamente a las elecciones, en una lista en la que no estaba Sumar.
Las declaraciones públicas que hicieron los diferentes partidos del espacio tras los comicios anticipan la pugna que habrá entre ellos en las próximas semanas por intentar imponer su lectura sobre por qué a Unidas por Extremadura le ha ido bien en las elecciones. El ex secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, aseguró que el "camino" es el "liderazgo de Podemos" y el "acuerdo entre los partidos con militancia y presencia real en el territorio", en alusión al escaso despliegue de Sumar. La coordinadora de este segundo partido, Lara Hernández, dejó por su parte caer que "la gente premia la unidad y la cooperación y castiga la división".