Sánchez se aferra a su reelección en 2027 mientras el bloqueo parlamentario se recrudece y los Presupuestos no avanzan

Sánchez se aferra a su reelección en 2027 mientras el bloqueo parlamentario se recrudece y los Presupuestos no avanzan

El mes de septiembre ha dejado un panorama político especialmente difícil para un Gobierno pendiente de presentar Presupuestos. En el Congreso se votaron cuatro iniciativas relevantes para el Ejecutivo de Pedro Sánchez y ninguna logró reunir al bloque de la investidura. Junts fue determinante para tumbar tanto la reducción de la jornada laboral como la creación de la oficina anticorrupción. Podemos, junto a los diputados de Compromís y la Chunta Aragonesista, se desmarcó del Gobierno al rechazar la transferencia de competencias migratorias a Cataluña. Y ERC, Junts, BNG y Coalición Canaria evitaron sostener al Ejecutivo al permitir la reprobación de la ministra de Igualdad, Ana Redondo. Pese a esta sucesión de derrotas, el presidente del Gobierno no transmitió desánimo; al contrario, reafirmó su voluntad de presentarse a las elecciones de 2027.

Sánchez concluyó su viaje de cuatro días a Nueva York para participar en el Asamblea de la ONU con varios mensajes en clave nacional. Reconoció abiertamente que el Parlamento "es el que es", pero insistió en que hay propuestas que son "de sentido común", por lo que sería "positivo que todos los grupos lo tuviesen en cuenta". Se refería, en concreto, al decreto de embargo de armas a Israel, que el Consejo de Ministros aprobó este pasado martes y que en los próximos 30 días tendrá que ser ratificado por el Parlamento. Consciente de su inestabilidad parlamentaria, también quiso dejar blanco sobre negro que su intención es agotar la legislatura y optar a la reelección. "Es algo que ya he hablado con mi familia y con mi partido", incidió en una entrevista en Bloomberg.

Ya lo había dicho Sánchez en junio, tras unos meses muy convulsos por la entrada en prisión del hasta entonces número tres del partido, Santos Cerdán. "Estoy decidido a presentarme a las elecciones generales en 2027", apuntaló entonces. Y es que no es tan relevante el mensaje como el momento en el que Sánchez ha decidido remarcarlo. De hecho, en esta ocasión, ministros del Gobierno y cargos socialistas han salido en bandada a respaldarle.

"Cuando hay un programa, cuando hay un proyecto, cuando hay contenido, cuando hay fuerzas, cuando hay energía, si tienes equipo, evidentemente creo que no hay que desaprovechar la ocasión", señaló el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. "El partido quiere que Sánchez siga siendo presidente del Gobierno y vamos a trabajar para que lo sea", apuntó la responsable de Vivienda, Isabel Rodríguez.

El ministro de Transformación Digital, Óscar López, celebró las palabras de Sánchez y subrayó que al actual Ejecutivo le queda "mucho tiempo", al igual que el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, que ensalzó el "liderazgo" del líder socialista y lo vinculó con que España haya pasado de estar "en la mesa de los niños comiendo nuggets" en Europa a participar "en la de los mayores tomando decisiones".

Fuentes de la Ejecutiva socialista aseguran que no existe debate interno sobre el liderazgo de Sánchez, que aunque cuenta con voces críticas, estas son minoritarias. Una de ellas es la de Emiliano García-Page, que aunque criticó que el partido pueda concurrir ofreciendo "socios que vienen a saquear el Estado", a su juicio Sánchez está "obligado a no aflojar ni darse por vencido". Donde hay pocas esperanzas es en la posibilidad de aprobar unos nuevos presupuestos, teniendo en cuenta las dificultades para sacar cualquier norma, independientemente de su relevancia o peso político.

Junts y Podemos hacen oposición

En Moncloa reconocen su preocupación por la oposición de Junts y Podemos a las propuestas que tanto el PSOE como Sumar ponen sobre la mesa. "Hay que tener mucha paciencia", admiten fuentes gubernamentales, que no dejan de insistir, al igual que Sánchez en la última semana, en que ellos no pueden responder por los votos del resto de los grupos. Lo dicen así porque, en el caso de Junts, no sacar adelante determinadas medidas, como la delegación de competencias migratorias a Cataluña, les puede salir a pagar, y así se lo hacen saber los de Carles Puigdemont cada vez que tienen ocasión.

"No cumplir con Cataluña tiene costes", señaló hace unos días Miriam Nogueras, que recordó que su partido es el único que no firmó un acuerdo de "estabilidad" con el Gobierno y que la decisión sobre apoyar a Sánchez sigue en el aire. "Nunca hemos descartado ningún escenario" (...) Lo que queda demostrado es que a pesar de actúen como si tuviera mayoría, es evidente que no la tienen", añadió. Moncloa cree que aún hay posibilidades para aprobar la delegación de competencias, eso sí, cree que debe existir una conversación entre Junts y Podemos, y que ambos remen a favor y no en contra de aunar apoyos. "La gente se ofende y hay dificultades", apuntan.

No es el único frente que tiene abierto Sánchez. El último Consejo de Ministros dio luz verde al decreto que consolida jurídicamente el embargo de armas a Israel, una decisión con la que el presidente sacó pecho tanto en el escenario internacional como en la política doméstica, pero que amenaza con convertirse en su verdadero Talón de Aquiles si no logra reunir los apoyos necesarios para su convalidación.

Además, esta cita parlamentaria podría ser la antesala de una de las votaciones más decisivas de la legislatura: la de los Presupuestos. Desde Moncloa subrayan que su intención es llevar cuanto antes la senda de déficit al Consejo de Política Fiscal y Financiera. Después, Sánchez se ha comprometido a presentar las cuentas en el Congreso. Pero, conscientes de que hoy por hoy no suman los apoyos necesarios, el mensaje que quiere lanzar el Ejecutivo es que esa votación no puede interpretarse como el final anticipado de la legislatura. De ahí que el presidente insista en proyectar su horizonte político hacia 2027, con la vista puesta en su reelección.