El arte que aparece de la nada, mejor no comprarlo
Museos y coleccionistas protegen la veracidad de sus fondos frente a los intentos de falsificación, mezclando la mirada de los especialistas y la tecnología de vanguardia

La historia del arte es también la historia de un engaño. Si el artista, ya sea un maestro antiguo, moderno o contemporáneo, tiene demanda y precios elevados, siempre habrá quienes intenten suerte en el fraude. Y es más fácil cuando se trata de creadores sin un catálogo completo razonado o que murieran a edad temprana; obras desconocidas que aparecen de pronto (generalmente ignorando la procedencia); falsificaciones de certificados de autenticidad original del artista; piezas que surgen en áticos, buhardillas o cualquier sitio que dibuje la imaginación de un tesoro escondido. Todos los años hay casos en España y fuera. Goya, Sorolla, Miró, Mark Rothko, Keith Haring, Warhol, Van Gogh o Basquiat.