“¿Quién no querría estar aquí?”: Oasis se despide de Londres con una explosión de nostalgia generacional
La leyenda de Oasis en Wembley era cierta: 250.000 cervezas servidas para 90.000 almas entregadas en la despedida británica de la gira de la catarsis generacional milenial. Sin cifras oficiales de cuántas más se han vendido este fin de semana con sus dos conciertos (27 y 28 de septiembre), no sorprende que los de Manchester doblasen a Coldplay en el número de pintas vendidas en sus anteriores shows de julio y agosto, batiendo récords alcohólicos en el mítico estadio londinense. Durante dos horas, y desde que sonaron los acordes de Fuckin’ in the Bushes el sábado 27, concierto al que asistió EL PAÍS, a las ocho de la tarde, la birra volaba desde las gradas y entre la pista como explosiones de confeti líquido. Había que celebrarlo. Los hermanos Gallagher habían vuelto a Londres sábado y domingo para despedirse de Reino Unido en el último fin de semana de septiembre tras su paso por Norteamérica (Canadá, Estados Unidos y México) y antes de iniciar su recorrido por Asia, Oceanía y América del Sur (Corea del Sur, Japón, Australia, Argentina, Chile y Brasil, que cerrarán en São Paulo el 23 de noviembre).