Mohamed el Morabet, vigilante en el museo, novelista en casa: “Mis compañeros se acaban de enterar de que soy escritor”

Mientras los turistas y amantes del arte transitan las salas del Museo del Prado con los ojos revoloteando entre suntuosas pinturas barrocas e insólitos frescos medievales, admirando los cuerpos esbeltos de las esculturas neoclásicas o justipreciando las vasijas y cálices que conforman los tesoros de antiguos monarcas, la mirada omnipresente de Mohamed el Morabet (Alhucemas, 42 años) los escruta a ellos, a los visitantes. Apostado en la pinacoteca en turnos de mañana o tarde, el vigilante va rotando entre salas al unísono con el resto de sus decenas de compañeros, expuesto a cada paso a una nueva maravilla cambiante.