Los hombres de Marisa Paredes: de Pedro Almodóvar a su hermético amor con Chema Prado

Los hombres de Marisa Paredes: de Pedro Almodóvar a su hermético amor con Chema Prado

Por estas mismas fechas, pero hace ahora un año, el mundo del cine lloraba la pérdida de una actriz inconmensurable. Al igual que hoy por hoy se lamenta la muerte de un actor y director tan querido como Rob Reiner —aunque sin todo lo escabroso que ha tenido su presunto asesinato y el de su mujer a manos de su hijo—, a finales de 2024, principalmente en España (aunque parte de su trayectoria la desarrolló en México, Italia y Francia), no cesaban los homenajes y los panegíricos que rescataban y loaban la trayectoria de quien se convirtió por méritos propios en toda una leyenda de la cultura en nuestro país, Marisa Paredes.

La madrileña, siempre fiel a su discreción, fallecía a los 78 años en su ciudad natal de manera, sin embargo, un tanto sorpresiva, no tanto por su edad sino porque apenas unos días antes había acudido a una fiesta en homenaje a Pedro del Hierro, como recuerdan desde Vanity Fair, mismo medio que rescata, en este primer aniversario desde que dejase huérfanas las pantallas, los hombres que pasaron por la vida de la actriz de tan importantes títulos como La vida es bella, Tras el cristal, El espinazo del diablo o Petra.

Porque aunque era alguien conocido por el público desde prácticamente mediados de los años 60 —participó, incluso, en una cinta tan emblemática de aquella época como El mundo sigue—, si bien la etapa en la que de verdad se hizo famosa fueron los 70, apenas si permitió que su vida íntima pasase de la realidad a las revistas de papel couché, dejando multitud de rumores y apenas algunas certezas sobre los hombres que la acompañaron durante toda su vida.

Quizá habría que comenzar por quien fue su amor de juventud, el actor y galán José Antonio Mayans, quien luego se destacaría por su participación en cintas de bajo presupuesto e incluso llegaría a desarrollar una carrera en el cine erótico. Apenas si se tienen detalles de dicha relación, sobre todo porque poco después la opacaría su romance con el director y productor catalán Antonio Isasi-Isasmendi —como curiosidad, es uno de los realizadores españoles favoritos de Quentin Tarantino—, con quien comenzó a salir, a pesar de la diferencia de edad de 20 años entre ambos, durante la década de los 70.

Precisamente de aquella relación, que duró alrededor de siete años, nació en 1975 la única hija que tuvo Marisa Paredes, María Isasi, quien también ha continuado de alguna forma el legado familiar dedicándose al cine. En su caso, a la interpretación, habiendo trabajado en series como Aquí no hay quien viva, 30 monedas, Amar en tiempos revueltos o Las chicas del cable y en cintas como Las 13 rosas. Además, hace apenas tres años le daba a su madre una nieta, Thelma.

No sería hasta 1983 que entraría en la vida de Paredes quien, sin lugar a dudas, se convertiría en el hombre de su vida, el gallego José María Prado, más conocido como Chema Prado. Su hoy por hoy viudo fue director de la Filmoteca Española desde 1989 hasta 2016, cuando se jubiló, y consiguió un gran prestigio internacional, amén de diversas condecoraciones, gracias a su apuesta por la recuperación de archivos fílmicos, así como en el terreno de la producción.

Todo ello, desde el apartamento en las Torres Blancas de Madrid en las que residían y que jamás vio entrar por su puerta ninguna alianza, pues a pesar de que estuvieron juntos 41 años jamás pasaron por el altar. De hecho, era muy raro verlos juntos de manera pública en alfombras rojas o entregas de premios, excepción hecha de algunos festivales de cine, como Cannes, donde sí asistieron juntos, como en las ediciones de 2019 o el propio 2024.

"Ha sido una pérdida tremenda", no dudó en declarar Prado al llegar al tanatorio donde descansaban los restos de quien fue el gran amor de su vida, revelando además que todo había sido "repentino" y que la causa había sido un fallo del corazón. Tanatorio al que también asistió, claro, quien él mismo reconoció que fue la persona que los presentó y que, quizá laboralmente, fue el hombre más destacado en la carrera de Marisa Paredes, Pedro Almodóvar.

"Acababa de rodar Entre tinieblas y yo le pedí [a Almodóvar] que me la presentara", comentó Prado sobre cómo se conocieron. El realizador manchego, que trabajaría con Paredes en Todo sobre mi madre, Hable con ella, La flor de mi secreto, La piel que habito o Tacones lejanos, fue también quien hizo que Paredes conociese a grandes nombres del extranjero con quienes trabó una gran amistad, casos de Jim Jarmusch o John Malkovich.

Pero si hay un último nombre a destacar fue Fernando Fernán Gómez, con quien Marisa Paredes entabló una misteriosa relación entre los años 60, cuando trabajan en la citada El mundo sigue y en el teatro, y los 70, haciéndose completamente inseparables. Según el periodista Manuel Román lo que vivieron ambas leyendas se puede clasificar como "un amor imposible", si bien ello no impidió que ambos compartiesen largas noches de fiesta por Madrid y algún que otro viaje. Eso sí, el hermetismo con respecto a su vida privada hizo que Marisa muriese sin esclarecer cuál fue su relación con Fernán Gómez, con quien también trabajó en Las bicicletas son para el verano, y si era cierto que su amistad terminó debido a la falta de compromiso por parte de él.