‘Los domingos’: Alauda Ruiz de Azúa infunde fe en el gran cine

Desde una familia, la de sangre, a otra familia, la espiritual. Desde el punto de vista de una adolescente que siente una llamada a la vida de clausura y religiosidad, al punto de vista de quienes la rodean, tías, hermanas, amigas, hermanas o padre, que proyectan en ella sus propias alegrías y sus propias miserias. Todo cabe en Los domingos, el bofetón que Alauda Ruiz de Azúa pega a cada espectador con una premisa: una niña de 17 años anuncia que quiere entrar en un convento de clausura. ¿Y ahora qué? ¿Respetamos el libre albedrío? ¿Pensamos que la han adoctrinado o de verdad tiene fe y ha sentido la llamada? Quienes rodean a la adolescente, ¿toman sus decisiones pensando en lo mejor para ella o proyectan en sus opiniones sus grandes miedos? A eso responde Ruiz de Azúa con una obra portentosa, inmensa, trasparente en su complejidad y gozosa en su dolor.