“Es como si hubieran matado a mi hermanito”: así sintieron y dibujaron los niños el asesinato de Kennedy

La ventana por la que Lee Harvey Oswald disparó al presidente Kennedy sigue hoy entreabierta en el sexto piso del edificio anaranjado de la plaza Dealey, en Dallas. Es una metáfora de cómo el recuerdo de aquel magnicidio continúa incrustado, como una bala, en el cerebro de quienes entonces eran unos niños. Ninguno de ellos estaba preparado para vivir el shock —televisado en bucle y narrado por la voz rota de Walter Cronkite— de aquel drama en tres actos: el asesinato de Kennedy ante una masa que lo aplaudía, la muerte del magnicida a manos de Jack Ruby en el sótano de una comisaría dos días después, y el luctuoso entierro del presidente en el cementerio nacional de Arlington.