El eco emocionado de Nino Bravo da la bienvenida al Roig Arena
Un reguero de caras sonrientes nos daba la bienvenida al nuevo recinto. En los amplios accesos a la pista, un público más bien talludito (hacía tiempo que yo no veía tanta gente mostrando su entrada en papel), se arremolinaba en torno a los muchos puestos de restauración. Se palpaban las ganas de agradar, la emoción del instante, el olor a nuevo. Todo estaba en su sitio en el nuevo Roig Arena. Y con razón: por mucho que nos empeñemos, ni una plaza de toros, ni un velódromo, ni un estadio de fútbol ni un enorme parking junto al puerto son recintos pensados para la música en directo, aunque sirvan para salir del paso. El cementerio de elefantes que puebla nuestro historial de salas de mediano o gran aforo ya desaparecidas – Arena, Greenspace – también demanda que la sala anexa del Roig Arena, con aforo para dos mil personas, eche a rodar: será el 22 de este mes con los australianos The Cat Empire.