El año para olvidar de Cayetano Rivera: una separación y varias polémicas
Pocas personas estarán deseando tanto que llegue la Nochevieja y comerse las doce uvas como Cayetano Rivera. El torero ha vivido este 2025 toda suerte de polémicas y momentos agridulces, siendo protagonista de titulares que iban desde asuntos del corazón por una importante ruptura en su vida amorosa a la página de sucesos por pasar una noche en el calabozo de una comisaría. Meses, como puntualizan desde la revista ¡Hola!, que han perjudicado tanto su imagen pública como su vida privada, por lo que espera que 2026 le sirva para cambiar el rumbo de ambas.
Y eso que durante casi la primera mitad de 2025 parecía que sería un año bastante distinto. Pero todo se torció en mayo, cuando sale a la luz que Cayetano había roto, tras dos años como pareja, y con la sensación global de que la relación iba viento en popa y que ambos remaban en la misma dirección, con la presentadora portuguesa María Cerqueira, con quien debutara ante los focos en 2023 en un evento en Lisboa.
No trascendieron los detalles, si bien se especificó a la prensa que el The End a su historia de amor no se había producido debido a la aparición de terceras personas o a alguna infidelidad, sino que, según pudo saber la citada revista, el gran motivo fue la distancia entre ambos, ya que la lejanía no les permitía llevar a cabo multitud de planes conjuntos, lo que les acabó provocando cierto hastío. Rivera decidió entonces refugiarse en su hija, Lucía Rivera, con quien se le pudo ver disfrutando días después en la final masculina del Mutua Madrid Open de tenis.
Pero lo peor estaba por llegar, ya que si de algo se había hablado sobre el 2025 del matador era que precisamente dos décadas después de que tomase la alternativa y, por si fuera poco, justo un siglo después desde que su bisabuelo uniese su vida, y la de sus descendientes, a la tauromaquia, Cayetano Rivera decía adiós a los ruedos. Fue el 20 de septiembre en Écija, en Sevilla, saliendo a hombros del recinto después de haberse repuesto de una lesión que le tuvo sin poder torear varios meses. Él mismo publicó una imagen de su traje de luces junto a la palabra "Fin".
Sin embargo, era un momento complicado para él, porque apenas si un par de meses antes, a finales de junio, el torero había vivido la primera de las controversias que han afectado negativamente a su imagen. Tras una discusión con los dependientes de un local de una famosa empresa de comida rápida de la calle Atocha de Madrid, la policía no solo acudió sino que acabó llevándose detenido a Cayetano, que hubo de pasar la noche en comisaría.
"Tuve una discusión y ya está, como se discute por 20 cosas todos los días. Pero de ahí a ser violento... Eso no es verdad. Voy a poner mi denuncia. Fue desproporcionada su reacción totalmente, una barbaridad. En ningún momento me resistí a nada. Estoy con mis abogados, con los partes de lesiones... Vamos a pedir las imágenes, que salga todo", llegó a decir, pero para noviembre se supo por su equipo legal que el caso de la hamburguesería había sido archivado.
Pero si sus abogados estaban hablando con la prensa era, sin embargo, por otro suceso, el que ocurrió el 9 de noviembre, cuando salía del Real Club Sevilla Golf, ubicado en Alcalá de Guadaíra. "No hubo prueba. Así que ni positivo, ni negativo ni neutro", dijo su letrado a 20minutos, después de que las primeras informaciones apuntasen a una supuesta prueba de alcoholemia a la que se había sometido el diestro y que había dado positivo. Pero el diestro fue tajante: "Increíble que periodistas se inventen que di positivo. ¡Qué hartura! Con el golpe estaba un poco aturdido y fui a sentarme un poco. ¡Pero ya está!".
Y es que, según su primera versión, asesorado por su abogado, Joaquín Moeckel, asumió toda la responsabilidad, pero matizó que todo se había debido a un problema con los fallos de su furgoneta, por lo que Rivera acabó estampando el vehículo en una glorieta ajardinada del club, haciendo caer la palmera contra la que chocó, lo que obviamente provocó que policía y bomberos acudiesen al lugar de los hechos y los vecinos de las urbanizaciones contiguas se afanasen por saber qué había sucedido. Sin embargo, cuando acudió una semana después, el 17 de noviembre, al Juzgado de Instrucción número 4 de Alcalá de Guadaíra para su vista oral, cambió la versión al responder, visiblemente molesto por las habladurías concernientes al caso, las preguntas de los medios.
"No tengo que darle explicaciones a nadie de nada. El juicio que tenga, lo tendré. Y lo que tenga que decir al juez, se lo diré. Él tomará la decisión que tome, y se acabó. Se han dicho demasiadas cosas, ese es el problema. Ese es el juicio paralelo, popular, al que me estáis sometiendo los medios de comunicación. ¿Esto es entretenimiento para vosotros? Porque es mi vida. Lo que quiero, sencillamente, es terminar con esto. Ha sido un percance mínimo que le podría haber pasado a cualquier persona. Mi culpa, haberme despistado, lo siento", dijo, antes de puntualizar que dicho despiste se produjo porque fue "a coger el mando".
Hubo a partir de ahí multitud de reacciones, como la de su expareja, Blanca Romero, que se preocupó por la "pobre palmera", así como empezaron a salir a la luz las posibles consecuencias de su accidente. Para más inri, cuando reapareció, EuropaPress grabó que iba conduciendo cometiendo otra imprudencia, ya que no llevaba puesto el cinturón de seguridad.
Para acabar el año, por si fuera poco, se ha sabido este mismo diciembre que su empresa, Goosfraba, acumula pérdidas de un millón de euros, si bien esto le ha llegado en unas semanas en las que parece que su vida sentimental ha tomado un nuevo rumbo, ya que está conociendo a la reportera Gemma Camacho, periodista del programa El tiempo justo.